sábado, 28 de marzo de 2009

UN MERECIDO RECONOCIMIENTO


Anoche, viernes 27 de Marzo, tuve la oportunidad de asistir a uno de los conciertos programados de la OCNE, en el auditorio nacional de Madrid. Fue gratamente una enorme sorpresa, presenciar en el escenario a dos peruanos con importantes trayectorias en el plano musical. Me refiero al vigor y gran liderazgo artístico, además de con una gran trayectoria internacional, el director Miguel Harth-Bedoya, y el gran compositor y pedagogo Enrique Iturriaga Romero.

La primera parte del concierto, pudimos apreciar la Obertura Coriolano de Ludwing Van Beethoven, con una interpretación cargada de dinamismo por parte de la orquesta bajo la batuta del maestro Harth-Bedoya. Quien más adelante demostrara su calidad de director, con el concierto para chelo de Antonín Dvorak, en si menor, opus 104. El chelista Daniel Müller-Schott conmovió por su gran virtuosismo y musicalidad. No es de extrañar en lo absoluto que este joven alemán tenga una trayectoria excelente, desde que ganara con sólo 15 años de edad, el concurso internacional Tchaikovsky de Moscú.

La segunda parte fue integramante dedicado al estreno en España, de 2 obras de compositores peruanos.

Pudimos apreciar del maestro José María Valle Riestra, su "Elegía" dedicada a las víctimas de la Guerra del Pacífico,bellamante interpretado por la orquesta bajo la dirección del maestro peruano.

Pero como en todo buen espectáculo, se guarda lo mejor para el final, pudimos escuchar la sinfonía "Junín y Ayacucho" del compositor Enrique Iturriaga compuesta con motivos populares, incluyendo el propio himno nacional del Perú, y obra ganadora del Concurso de Composición Sinfónica en conmemoración del sesquicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, en el año 1974.

Fue una soberbia interpretación sin lugar a dudas. La parte más emotiva e importante de la velada, llegó con la ovación al maestro Iturriaga, quien estaba presente en la sala. Todos los asistentes, incluyéndome, aplaudimos de pie más de un minuto mientras el maestro emocionado agradecía el elogio. Un justo reconocimiento para una larga trayectoria, como la del maestro. Un reconocimiento además internacional. Un merecido premio, a la labor de toda una vida.

Muchas generaciones de músicos peruanos han pasado por sus manos, ya que su labor docente también ha sido de gran importancia en nuestro país.

Una noche llena de emociones, de buena música...y de aplausos interminables para un hombre que con sus 90 años a cuestas, veía impotente, tal vez, como se le rendía tributo con el lenguaje más internacional que existe, si me permiten decirlo, el de la música.
Les dejo un link sobre él, que plasma de por sí su legado.